Golpes en la cabeza en niños y adultos
Los niños y los ancianos tienen características propias de la edad, por lo cual deben ser sujetos de especial cuidado.
Deseamos mostrar los síntomas de alarma deben motivar una consulta médica cuando han sufrido un golpe en la cabeza.
Las estadísticas en nuestro Hospital de Niños Benjamín Bloom son sustancialmente alteradas a causa de una época tan especial como la navidad. La sala de emergencia constantemente recibe pequeños con traumas de cráneo desde leves hasta severos.
Los niños son irresponsables, imprudentes y juguetones, es su trabajo, es su único medio para aprender y desarrollarse, no es culpa de ellos caerse, golpearse o involucrarse en situaciones peligrosas.
La responsabilidad nuestra como padres es la única protección que ellos tienen contra estos accidentes.
Cuando un bebé o un niño ha sufrido un golpe en la cabeza, la principal pregunta es ¿perdió el conocimiento? Es decir, ¿se desmayo o no? Si fue así, significa que el golpe fue tan fuerte como para provocarle una desconexión con el medio y es suficiente motivo para buscar una consulta.
Antes de los dos años, los síntomas principales de un problema interno después de un golpe en el cráneo son: llanto sin razón, irritabilidad, falta de apetito, vómitos y tendencia al sueño.
Cuando el niño ya puede comunicarse, el principal motivo de consulta es dolor de cabeza.
Si estos síntomas se presentan inmediatamente o días después del accidente, debe buscar la opinión de su pediatra.
Las personas mayores de 65 años presentan una fragilidad en las arterias y las venas del cerebro, lo que puede provocar que un simple golpe sea causa de una hemorragia interna, la cual es conocida como hematoma.
Estas hemorragias son aun mas frecuentes en personas que han sufrido un infarto cardiaco y están tomando anticoagulantes, como la aspirina.
Después de una caída en personas arriba de los 65 años, por pequeña que esta sea, incluso, sin perdida del conocimiento, se debe poner atención a los siguientes síntomas: cambios de conducta, dolor de cabeza persistente, nauseas, vómitos, inestabilidad para caminar, mareos y trastornos en el habla. Los médicos geriatras, quienes son los que tienen a su cargo a estos pacientes, descubren hemorragias internas, causadas por golpes antiguos que pueden ser la causa incluso de demencia y agresividad.
Las personas que cuidan tanto a los niños como a los ancianos son el mejor parámetro para identificar cuando ellos están actuando diferente a su patrón de conducta normal, estos cambios sugieren una alteración interna que debe ser investigada inicialmente con una radiografías simple de cráneo y si es necesario con un estudio especial llamado tomografía o TAC cerebral.